Hoy me dirijo a ti porque necesito y quiero cerrar definitivamente esa página.
Han pasado muchos años, casi 21 ya y ha llegado el momento.
Mi vida ha pasado por muchas etapas después de lo que pasó, dolor, angustia, miedo, culpabilidad, superar esa inseguridad ... me convertí en una Superviviente, no pudiste del todo conmigo ya que sigo aquí, y soy feliz por ello.
Pero hay algo que no he conseguido superar hasta hoy, y es el odio que todo este tiempo he sentido por ti, y eso seguía haciéndote fuerte ante mí, me engañaba a mí misma diciéndome lo he superado, pero continuaba despertándome por las noches con miedo, escuchando tu voz diciéndome una y otra vez que tú tenías el poder, que me tenías en tus manos y podías hacer conmigo lo que quisieras.
Y realmente era así, has seguido durante este tiempo conmigo, castigándome y haciéndome revivir una y otra vez la agresión, porque yo te lo he permitido.
Me hiciste infeliz, me partiste en mil pedazos esa noche, no entendí por qué me elegiste a mí, supongo que te daba igual quién fuese, lo que buscabas era alguien a quién someter, a quién demostrar tu poder, te sentiste el dueño de todo en aquél callejón y saciaste tus deseos.
En aquél momento deseé que me matases, que me hubieses clavado la navaja que me tenías en cuello, meses después seguía pensando que hubiese sido lo mejor, me creaste traumas que he tardado años en superar, los miedos no se iban, me hiciste sentir que la culpable de lo ocurrido era yo.
Sí, durante años lo he pensado, pero no, yo no tuve la culpa de lo que tú me hiciste y ya es hora de que me perdone a mí misma.
Aquella agresión me ha hecho ser como soy, probablemente, muchas de las cosas que he vivido, sin aquel desgraciado encuentro contigo no las hubiese vivido.
Por eso hoy necesito hacer algo, muchas cosas han cambiado dentro de mí y quiero seguir evolucionando y dejar atrás el pasado.
A ti que me destrozaste por dentro, a ti que cuando aún era una cría me enseñaste la Bestia que puede anidar en un hombre, a ti que me forzaste de la forma más brutal que se puede forzar a una persona, a ti que me enseñaste a sentir asco y miedo de una de las cosas más bonitas que hay en pareja, a ti, cuya sombra me ha perseguido casi 21 años, a ti que me enseñaste el peor de los sentimientos, el odio, hoy te saco por fin de mí vida.
Yo, te perdono.