Llevo mucho tiempo mirándome en distintos espejos, diciéndome a mí misma que son los espejos en los que mirarme, personas a las que admiro y respeto profundamente y hoy empiezo a descubrir algo, o al menos, empiezo a ser más consciente de ello.
He dedicado tantos años a mirarme en esos espejos que he perdido de vista mi propia imagen y mi propio espejo. Me cuesta incluso reconocer mi propio reflejo, sueño conmigo misma y no me veo, me cubre la niebla, se que soy yo, pero no me reconozco, no puedo llegar a mí.
No digo que el mirarse en otros espejos no sirva, de hecho, a mí me ha ayudado, pero ha llegado el momento de despegar de verdad.
A partir de ahora, me voy a mirar en mi propio espejo, porque es lo que necesito, porque es lo que me merezco, basta de estar escondida, basta de mirar abajo, basta de silencios, basta de sentirme vacía, basta de miedos y de culpas, la culpa que la sientan los que me destrozaron por fuera y por dentro al violarme.
He sido una mujer rota, pero me estoy reconstruyendo, tardando mucho, paso a paso, pedazo a pedazo y hoy, me empiezo a sentir orgullosa de cómo soy, de lo que soy, una Superviviente.
Hoy me voy a empezar a mirar en mi propio espejo, hoy quiero empezar a sentirme libre, orgullosa, valiente, hoy quiero empezar a valorarme, a felicitarme por lo que estoy haciendo. Hoy me voy a mirar al espejo y por primera vez en mucho tiempo, me voy a sonreír.
Hoy, he ganado otra batalla.