NO TINC POR !!!

"No tinc por" me pregunto si realmente es así...

En mi interior sé que no es del todo cierto, miedo tengo o quizás lo podría llamar respeto, pero también es verdad que esa emoción no va a poder conmigo, que voy a seguir haciendo mi vida normal como hasta ahora, porque ningún terrorista va a marcarme el camino a seguir.

El golpe ha sido duro, creo que tardaremos en recuperarnos de esto, que pasear por las Ramblas ya no será lo mismo para nosotras, ayer lo pude comprobar, fue el paseo más duro y con más emoción de estos casi 15 años. No nos han cerrado las Ramblas, las Ramblas seguirán abiertas y seguiremos paseando por allí, y en cada paso que dé, mostraré mis respetos a cada una de las personas que el 17 de agosto perdieron la vida, a cada una de las personas que sufrieron heridas y a cada una de las personas que estuvieron ahí ayudando. No van a conseguir que deje de pasear por las Ramblas, no, todo lo contrario, lo seguiré haciendo...

Ayer, se me hizo eterno ese paseo, me parecía que las Ramblas eran interminables, emociones que me recorrían todo el cuerpo, tristeza, rabia, impotencia... pero también Esperanza, a mi paseo en silencio se unían los cientos de voces de los musulmanes y las musulmanas que salieron a gritar "no en mi nombre" "somos musulmanes no terroristas"... y me pregunto, ¿en qué mundo de hipocresía vivimos en el que se les exige que salgan a la calle a manifestarse, a condenar el terrorismo para que nos demuestren que ellos no son culpables? ¿Por qué entonces  muchas voces exigen que salgan los musulmanes a condenar, acaso todos ellos son terroristas? ¿Por qué después de que salen a condenar el atentado muchos de ellos, sigo leyendo que es una pantomima lo que han hecho y son muy pocos los que han salido? Con esta mentalidad, pienso que  como sociedad estamos fallando.
He visto muchos mensajes de odio estos días en redes sociales, a la mayoría de ellos ni me he molestado en contestar, no podemos combatir el dolor con odio y sé muy bien de lo que hablo, es normal y lícito sentir rabia, pero no lanzarla contra personas que no son responsables de lo que estos indeseables han hecho en Barcelona.
No tengo miedo de salir a la calle, de pasear por mi ciudad, pero sí tengo miedo de dónde podemos llegar si nos dejamos conducir por el odio, y por desgracia, de eso, estoy viendo mucho estos días en las redes sociales, y lo que más duele, publicaciones de "amigos".
No nos damos cuenta pero algo que tendría que habernos unido, este dolor que estamos sintiendo, algunos lo usan para separarnos.
No quería aquí mezclar sentimientos, pero es imposible no hacerlo, porque estamos cayendo todos una y otra vez en la trampa de unos cuantos, romper la unión es lo que necesitan tanto de un lado como de otro.
He leído tanta necedad estos días que tengo más miedo al odio esparcido por redes sociales que a pasear por las Ramblas.
Me han faltado muchas cosas, me ha faltado más unión por parte de muchos, cuando el atentado en París todos nos pusimos "je suis París", cuando el de Londres, lo pusimos en inglés y era lo más normal del mundo, ¿por qué tanto problema con el catalán? ¿Por qué tantos twits a los mossos criticando la información dada en catalán cuando estaban twitteando en 4 idiomas? ¿Por qué el hecho de expresarse en su lengua es visto como un ataque al resto de España? He leído muchas salvajadas, que hubiera preferido no leer, unos y otros instrumentalizan todo, pero lo peor, es que los ciudadanos caemos en la trampa y fomentamos más el odio, la separación.
Ojalá tod@s pusiéramos un poco de nuestra parte para cambiar lo que está pasando, empezando por abajo, por los niños y niñas, criarlos en el amor, en la tolerancia, en el respeto, en la igualdad, en todos esos valores que no harían tener una visión muy diferente de la que tenemos en este momento en la sociedad, y no potenciar y fomentar la competitividad, el racismo, el odio, la separación, la violencia... Todos estamos fallando, todos y cada uno de nosotros deberíamos mirar dentro de nosotros y empezar a cambiar, no podemos exigir a nadie algo que nosotros mismos no somos capaces de hacer.
En todas partes por desgracia hay manzanas podridas que hacen que otras se pudran, pero no podemos generalizar, no podemos meter a todos en el mismo saco.
No estoy de acuerdo con ningún tipo de violencia, sea el motivo que sea, pero menos aún con el hecho de matar en nombre de Dios, no, no se mata en nombre de Él, se mata porque a algunos poderosos les interesa, porque ellos son los que manipulan y al final hacen que se derrame sangre de inocentes.

Hoy estoy rota, triste... porque esta vez ha tocado demasiado cerca, en un lugar emblemático de mi ciudad, porque esta es mi ciudad, y sientes que en una milésima de segundo todo puede derrumbarse, porque una de esas personas podría haber sido yo o alguien de los míos...
Toca levantarse de nuevo, mirar arriba y seguir de frente, viviendo, nosotros que tenemos la suerte de poder seguir haciéndolo, toca hacerlo por nosotros mismos, y también por ellos, por cada una de las personas que se han dejado la vida en las Ramblas de Barcelona en ese atentado.
Toca reponerse y demostrar que somos más fuertes, que estamos más unidos, dejemos atrás lo que nos separa y trabajemos por hacer una Sociedad mejor de la que ahora tenemos.

DEP

Carta a mi viejo

Hoy Papá siento que la mejor forma que tengo de felicitarte es mirar arriba y mandarte esta carta que tanto me costó escribirte hace unos días.
Te quiero!!!


Hola Papá,

Realmente no sé ni por dónde empezar, me cuesta mucho escribirte y hacerlo de esta forma, porque de alguna manera, para mí, es otra despedida.
Estoy ahogada y estoy un poco perdida, no sabia que me hicieras tanta falta, me duele en el alma no haber aprovechado estos últimos años contigo, estaba tan ocupada y tan absorta con mis cosas que siento que te he fallado.
Siento que te he fallado porque hace mucho que veía venir esto que ha pasado, hacía mucho que sabía que te ibas y aún así, seguía poniendo esa máscara que tantos años he llevado para protegerme, para hacerme a la idea de que no era verdad lo que sentía, que eran simples imaginaciones mías.
Siento que te perdí hace mucho tiempo papá, aquella Semana Santa en la que mamá estaba en UCI luchando por su vida, allí, tiraste la toalla, fue la última Semana Santa que hasta ahora he pasado en Sevilla, y me doy cuenta ahora. Allí cambió todo, todo se desmoronó por completo, mamá en UCI, el tito Javier muriéndose y tú matándote en vida fumando y bebiendo, incapaz de soportar tanto dolor y tanto vacío. Me duele no haber hablado más contigo desde entonces, no haber entrado en esa conversación que quizás necesitabas, o que necesitaba yo, para no sentirme así como me siento. Sé que te querías ir antes que mamá, que decías que tú no podías soportar estar aquí sin ella, pero duele que haya sido ahora, precisamente cuando mamá está "mejor", cuando ella ha conseguido estabilizar su enfermedad...
Sabes Pá, me siento egoísta, porque pienso en mí, en lo que te necesito, en los momentos que ya lo voy a poder compartir contigo, en los abrazos y besos que no te he dado, en las palabras que se me han quedado dentro sin decirte... necesitaría ahora mismo que me cogieras de la mano, que me contaras una de aquellas historias que te inventabas cuando era pequeña. Te echo mucho de menos y no sé ni qué hacer para que no pase, echo de menos nuestras conversaciones, porque sí que es cierto que cada vez eran menos, cada vez te costaba más hablar, cada vez te ibas cerrando más y te ibas apagando y aunque lo sabía, yo no hacía nada.
Sé que me dirías y me dirían que no podía hacer nada, pero no sé si me lo creo, porque lo que sí podía haber hecho es decirte más veces lo mucho que te quiero, sé que nunca hemos sido de decirnos muchas cosas, porque la mayoría de las veces no hacía falta, pero ahora, me duele tenerlas dentro y sentir que no las escuchaste.
Pero de todo, lo que más me duele es no haber ido a Sevilla más en este tiempo, haber pasado todo un año sin verte y en el año anterior, también haber ido poco, y no, no hay excusas, me podrían decir que por el tema de la operación, pero yo sé realmente que no es así, estos últimos dos años, tenía miedo de ir a Sevilla porque sentía que era una despedida y no quería hacerlo, dentro de mí sabía que no te irías sin que nos hubiésemos visto una vez más y así ha sido. Casi un año entero sin ir para allá, y sólo 9 días después de haber vuelto a Barcelona de pasar fin de año y Reyes con vosotros, decides que tu momento ha llegado y que tienes que iniciar tu viaje, y mira qué casualidad, poco después de las 9 de la noche. El 8 de enero cuando nos despedíamos sentí que era realmente una despedida y me vino una frase que fui incapaz de decirte pero que hoy necesito hacerlo, "nos volveremos a ver, me vas a esperar a que venga a despedirme de ti?", se me quedó ahí dentro, sin ser capa de pronunciarlo, igual que tampoco te dije "te quiero" y eso que sentía que podía ser la última vez, pero no lo hice, sólo pide mirarte cuando ya me despedía de mamá y te vi agachar la cabeza sentado en el sofá mientras se te escapaba alguna lágrima.
No sabes cómo duele estar a mil km, no sabes la de sentimientos de culpa que me han asaltado por no estar ahí con vosotros, es estúpido, pero siento en cierta forma el haberos abandonado.
Se hace duro papá, el no verte, el no haberme podido despedir de ti como realmente hubiese querido, Laura y yo sentimos que sería pronto que te irías, pero de verdad que no pensé que sólo unos días después.
Tú ya habías tomado la decisión, ya lo sé, ya habías abierto aquella puerta negra que tanto miedo te daba y estabas preparado para irte, también es verdad que nos diste algo de tiempo para "prepararnos", y que lo hiciste al mismo tiempo tan rápido que no tocó "sufrir mucho". Nos dejaste margen de año y pico, porque te aseguro que en el último ingreso que tuviste, yo pensé que no salías. 
Sabes papá, no consigo hacerme a la idea de que ya no estarás en casa cuando vaya a Sevilla, no soy capaz de hacerlo, es como si estuviera viviendo una película, algo irreal que no ha pasado, es lo que tiene vivir en la distancia, sus pros y sus contras, no soy capaz de enfrentarme aún a lo que ha pasado, no soy consciente de la verdadera ausencia, pues es cierto que al estar lejos, la ausencia física ya estaba, pero cuesta más hacer el proceso.
Me vienen a la mente infinidad de momentos, de charlas contigo y me pregunto, en qué momento papá perdimos esa complicidad que siempre tuvimos? Puede que en cierta forma lo hiciera la distancia, el estar lejos y dejar de compartir cosas con vosotros, contigo, porque sí es verdad que me volví más celosa de mi intimidad, de mis problemas, de mis cosas, quizás por protegerme a mí misma o protegeros a vosotros, no lo sé.
Me siento responsable de tantas cosas papá, siento tanto no haber estado a la altura para apoyarte y poder buscar ayuda para que superaras lo que te pasaba... me jode pá, me jode mucho que ya no estés, que dejases de luchar por ti y tirases la toalla.
Me duele porque no es lo que aprendí de vosotros, todo lo contrario, me enseñasteis a luchar con uñas y dientes, a que si me caía mil veces, mil y una me tenía que levantar y es eso lo que cada día intentó poner en práctica, aunque te juro que muchas veces hubiese tirado la toalla. No lo tomes como un reproche, porque no lo es en absoluto, cada uno somos dueños de nuestro camino y elegimos qué queremos hacer. De verdad que siento no aceptarlo del todo, pero no lo puedo evitar ahora mismo.
Te parecerá una tontería papá, pero siento de verdad que no me he despedido de ti, y me sigue costando hacerlo, incluso escribirte esta carta, es en cierta forma obligada, porque me sigo resistiendo a una despedida. Quizás los demás piensen que estoy loca, que sí me pude despedir de ti, pero desde el corazón te digo que no lo hice del todo, y es en cierta forma lo que ahora me falta para seguir afrontando el proceso y el tiempo normal de un duelo.
Sí es verdad que una parte de mí se despidió de ti y te doy las Gracias por permitirme vivir eso contigo, por darme la fuerza necesaria para estar a tu lado hasta el último momento, por permitirme agarrarte de la mano y ser yo la que secara la última lágrima que dejaste escapar, hoy se hace más presente que nunca ese momento, esos ratos a solas contigo en los que te decía que te fuera, que todo estaba bien aquí, sé que no es del todo cierto, pero no te podía decir otra cosa, habías decidido irte y no era justo que te retuviera más aquí, y te estaba costando dar el paso definitivo y dejar el cuerpo aquí.
Perdona papá, pero no supe hacerlo de otra forma, ni siquiera sé si estaba preparada para ello, lo intenté de la mejor manera posible, tal y como iba saliendo y sin pensarlo.
Creo papá que me queda aún un paso por dar, y es dejar ir esas piedras que me dieron, en especial, la que te puse a ti, porque en cierta forma, hasta que no la deje ir, no dejare ir esa parte, ese cuerpo físico que ya no está y con el que ya no puedo hablar y al que no puedo abrazar ni decirle lo que pienso. Sí, es el momento para despedirme de ti, del padre al que he conocido, de mi referente durante toda mi vida, del hombre al que más he querido y que más feliz me ha hecho.
Gracias Papá por todo lo que me has dado, por ayudarme a ser la persona que soy, por tu paciencia, por tu comprensión, por los valores que me has inculcado, por agarrarme de la mano y enseñarme a caminar, por tantas y tantas cosas y por tantos momentos.
Toca despedirse Papá, toca decirte hasta siempre, hasta pronto o un hasta luego, porque no nos han gustado nunca las despedidas, aunque esta es una despedida diferente, es despedir al padre físico, al que como te decía, había conocido hasta ahora, para poderte dar la bienvenida de otra forma, a otra comunicación diferente, a la que nace desde dentro, desde el alma...
Necesitaba cerrar esta puerta para poder abrir las ventanas de par en par y poder seguir hablando contigo, escuchar tus consejos, escucharte y sentirte desde el alma, porque si algo tengo claro es que siempre vas a estar conmigo y acudirás cuando te necesite.
Hoy lo he entendido Papá, pensaba que estabas enfadado o que yo había hecho algo mal y por eso no habías venido a hablarme, habías estado cerca en ciertos momentos pero no era capa de escucharte. El problema lo tenía yo, estaba tan concentrada en lo mental, que no era capaz de dejarme sentir para conectar contigo, porque eso era aceptar que no estás, cuando la realidad es muy diferente, ahora te tengo más cerca de lo que te tenía hace 5 meses, ahora puedes estar aquí conmigo cada vez que te necesite, porque sé que nuestra relación siempre será especial, nuestra complicidad siempre estará y podré seguir manteniendo contigo esas conversaciones sobre ciertos temas que tanto me gustaban.
Gracias Papá por ser, Gracias por estar 
Te quiero y siempre te voy a querer, ahora ya estoy preparada para nuestras charlas y nuestra nueva forma de comunicarnos.





Bienvenid@ a éste rincón dónde podréis compartir conmigo esos momentos vividos y guardados en la memoria de cada un@ de nosotr@s
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