Hoy necesito hablar contigo abuela, lo necesitaba desde hace mucho tiempo, pero no era capaz de hacerlo, no podía enfrentarme a ello, y si te soy sincera, no se si aún estoy preparada del todo, pero necesito decirte lo que llevo dentro.
Tengo claro que habrá quien no lo entienda, pero me es igual, yo necesito hablarte, necesito pedirte perdón y necesito que me perdones.
Necesito que me perdones abuela, porque te he fallado, así es como lo siento, aunque me digan que no tengo que sentirme de esa forma, no lo puedo evitar.
Te he fallado por no haber estado en tus últimos años, por evitar ir a la residencia a verte y darte un beso, aunque supiera que ya casi ni estabas aquí con nosotros, que tu mente estaba ya en otro lugar.
Te he fallado, por no haber sido capaz en todo este tiempo de ir a llevarte unas flores al cementerio, la de veces que tuvimos esta conversación y me lo decías, que aunque eras contraria a ello, te daban ganas de que te quemaran porque sabías que nosotros no iríamos a llevarte flores ni cuidar tu tumba, y tenias toda la razón, aunque yo te dijera más de una vez que no te preocuparas, que yo lo haría... Y todavía no he tenido las fuerzas suficientes para hacerlo, sabes el por qué, porque en cierta forma es aceptar que ya no estás, es despedirme de ti y me cuesta porque hay cosas no cerradas.
Siento que te fallé sobre todo al mover todo para llevarte a la residencia, justo lo que nunca hubieras querido, se que no había otra opción, que era lo que teníamos que hacer, pero la que tuvo que tomar la decisión y mover todo fui yo, justo a la que más de una vez le habías pedido que no dejara que te llevaran al hospital ni a una residencia, que querías morir en casa.
Te he fallado abuela porque he hecho todo lo contrario a lo que me pediste tantas veces... ni siquiera pude despedirme de ti, te fuiste sin que pudiera ni siquiera reaccionar, no nos diste tiempo abuela, no me diste tiempo... no viniste a despedirte como alguna vez te pedí, que aunque fuera en un sueño, me dijeras adiós.
Son mil cosas abuela las que llevo dentro y que me ahogan, me siento culpable por haber sido yo la que tomara aquella decisión, porque no me correspondía, pero lo tuve que hacer.
Tengo aún clavada aquella tarde noche, preparando toda tu ropa, poniendo tu nombre en las etiquetas, contigo al lado, las dos solas, tú ajena a todo, sin saber que eran las últimas horas que estarías en casa... aún me ahogan las lágrimas que ese día aguanté, esas horas fueron interminables, por un lado quería que pasaran rápidas, por otro, hubiera parado el tiempo y lo hubiera vuelto atrás...
Me duelen muchas cosas de aquellos últimos años, el ver cómo te ibas sin que pudiera hacer nada, cómo tus momentos de lucidez eran cada vez menos... recuerdo como si fuera hoy, el día que mi madre me llamó para decirme que hablara contigo haciéndome pasar por tu madre, creo que fue una de las conversaciones más duras que me ha tocado vivir, tu llamándome mamá, pidiéndome que fuera a recogerte, que querías estar conmigo, preguntando si estaba trabajando y si tardaría mucho, escuchar cómo me decías mamá te quiero... y yo, tu nieta, a mil km de distancia aguantando el tipo, tragándome las lágrimas y rota de dolor por esas palabras.
Sabes abuela, me he dado cuenta que llevo tantos años haciendo el papel de "madre", de "apoyo", que me olvidé de ser nieta, hija, hermana, amiga, mujer... y esa ilusión que siempre tuve de ser madre, se bloqueó por completo, hasta tal punto que en poco más de un mes entro en quirófano para la histerectomia, y estoy preparada para ello. He hecho tanto ese "papel" que ya no quiero se madre en esta vida.
No sabes cuánto te echo de menos, la falta que me has hecho este tiempo... hoy necesito decirte adiós, siempre vas a estar en mi corazón, pero necesito que me perdones, necesito hacer las paces conmigo misma y necesito perdonarme por haberte fallado como lo hice. Me tocó elegir entre mis dos madres, y elegí a mi madre, a tu hija, porque en cierta forma, tú ya no estabas.
Te quiero abuela!!!